DOGMAN (2018)
Dirección: Matteo Garrone
Una locación cerca de Nápoles, Villagio Coppola de Caserta, es el marco de la historia de “Dogman”, la última realización del creador de “Gomorra” en 2008. Una popular comarca en los años 60, empobrecida y semi abandonada en la actualidad.
Marcello (Marcello Fonte) un diminuto hombrecito, es peluquero de perros, tiene una hija Alida (Alida Baldari) a la que adora, y mantiene una extraña relación con Simoncino (Edoardo Pesce) un corpulento ex boxeador, a quien provee de droga para tener algún dinero más. El mafioso Simoncino introduce a Marcello en lugares, que por su propia inferioridad, no podría acceder. Marcello se deja llevar.
Los excesos violentos de Simoncino aterrorizan a todo el barrio, y los vecinos hasta planean eliminarlo, pero Marcello intercede para calmar su furia.
La película oscila entre la extraordinaria ternura de las primeras escenas, con el cariño que Marcello prodiga a los perros y conforma a su pequeña hija con breves viajes donde van a bucear, y la brutal violencia del desenlace que toman los acontecimientos.
Simoncino convierte a Marcello en cómplice de un robo, y éste ,desahuciado, pierde la confianza de su entorno, luego de pasar un año en la cárcel. Pero Marcello no lo delata y trata de recobrarse ante la humillación de todos, con consecuencia inesperadas.
El actor italiano Marcello Fonte, que fue premiado en la 71 edición del Festival de Cannes, como mejor rol protagónico masculino, se transforma con los más variados matices, desde la empatía, la ternura y el humor, hasta sus trastornos más desequilibrados. Una actuación memorable, sin duda.
Filmada con abundancia de tonos azules y grises, “Dogman” transmite el angustiante destino de estos seres, abandonados a su suerte y perdiendo su dignidad, en pos de una inútil venganza. “Dogman” es, sin duda, uno de los mejores film del cine italiano actual.