La naturaleza siempre figura en primer plano en las películas de Terrence Malick, como un maravilloso marco para sus historias, con personajes profundamente humanos y conmovedores. Detalles de paisajes magníficos, aves y pequeños animales, como también extensos campos con densa vegetación y cielos abiertos en diferentes estaciones.

En "Days of Heaven" (1978) sus personajes transitan por la pradera tejana. En "The Thin Red Line" (1998) recorren la selva de Guadalcanal.

"Badlands" (1973) su primer éxito comercial lo llevó a la fama en una "road movie" con estrellas muy jóvenes como Sissy Spacek y Martin Sheen. En un género muy distinto "The New World" (2005) nos muestra a los nativos americanos en los bosques primaverales mientras los exploradores británicos contruyen fuertes para ocultarse.

En "The Hidden Life" (2019) su último film, presentado en el Festival de Cannes, el drama de la persecución nazi empatiza mágicamente con la geografía austríaca, en verano e invierno.

Nacido en 1943, es si duda una figura legendaria del cine americano.

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