Dos películas, recientemente incorporadas al catálogo de Netflix, exploran el género del terror con una perspectiva vinculada a temas de actualidad, recursos técnicos muy logrados y buenas actuaciones.
THE WITCH (2016)
Dirección: Robert Eggers
Durante el siglo XVII, muchas familias de puritanos ingleses emigraron a las nacientes colonias americanas, escapando de las persecuciones religiosas y buscando una oportunidad de prosperidad en el Nuevo Mundo. El choque de culturas dio lugar a leyendas populares donde se confunden elementos paganos con creencias cristianas, plagadas de superstición.
Justamente en esos cuentos se basa “The Witch”, del novel director y guionista Robert Eggers, y aunque la historia es pura ficción, tiene el espíritu de esas antiguas leyendas históricas.
Un matrimonio con cinco hijos se refugian en una cabaña remota en el bosque, luego de ser expulsados de una plantación en Nueva Inglaterra. Las penurias que padecen son interpretadas por William (Ralph Ineson) y su esposa Katherine (Kate Dickie) como una prueba divina, atormentados por su concupiscencia; situación que se agrava con la misteriosa desaparición de su bebé, Samuel, al cuidado de su hija mayor Thomasin (Anya Taylor-Joy). A partir de esa premisa se desencadenan otros maleficios que victimizan a los otros hijos de diferentes maneras. En particular, la adolescente Thomasin carga con el trabajo y la culpa de lo que sucede y buscará liberarse desesperadamente. Eggers pone el foco en el cruel sistema patriarcal y la vulnerabilidad femenina.
Estéticamente, el film es sutil y elegante. La fotografía de Jarin Blaschke detiene unos segundos ciertas tomas, a modo de frescos pictóricos, al estilo de Johannes Vermeer o Francisco Goya, logrando bellamente poner énfasis en los símbolos narrativos.
“The Witch” es una película que seduce y atrapa, aún a quienes no son amantes del género.
Género: Terror. Duración: 90 minutos. Disponible en Netflix.
HIS HOUSE (2020)
Dirección: Remi Weekes
El drama de los inmigrantes africanos en Europa ha sido reelaborado por el cine en decenas de películas. Esta vez, utiliza los recursos del género de terror para encauzar la historia.
Bol Majur (Sope Dirisu) y su esposa Rial (Wunmi Mosaku) son refugiados de Sudán en los suburbios de Londres. El sistema estatal les asigna un subsidio y una enorme casa derruida. A poco de habitarla, comienzan a aparecer fenómenos sobrenaturales que les atemorizan, recordándoles la tragedia del naufragio del que se han salvado y a una niña que será el personaje de su trauma compartido.
Ambos tratan de integrarse a su nueva vida, disimulando lo que ocurre en la casa, al asistente social, Mark (Matt Smith). La idea de volver a su tierra también representa una amenaza y por eso Bol está dispuesto a vencer los fantasmas del pasado y la culpa. Rial toma una actitud desafiante, afirmando que nada puede ser peor a lo que vivió en su juventud, como sobreviviente de la guerra de tribus en la comarca donde vivía. Pero también Rial sufre la angustia de sentirse rechazada por esa sociedad que le hace sentir inferioridad.
Los efectos visuales son inquietantes, sin caer en impresiones desagradables o irritantes y el diseño de sonido crea el clima perfecto para esta asfixiante casa embrujada.
Hacia el final, el giro de la trama nos pone cara a cara con el tormento que llevan a cuestas, y entonces, todo lo fantasmagórico parece diluirse en una muy triste y dolorosa realidad.
Género: Terror. Duración: 93 minutos. Disponible en Netflix.
QUIERO UNA PELI SOBRE EXORCISAMOS