JOKER (2019)
Dirección: Todd Phillips
“Joker” es la primera película dedicada enteramente al famoso personaje DC Comic, que casi siempre estuvo vinculado a la saga de Batman.
La historia comienza con un plano largo, donde la cámara avanza lentamente hacia el espejo donde Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) se maquilla para hacer su rutina diurna, con atuendo de payaso y un cartel publicitario. Aspira y se obsesiona por la noche, en ser un cómico de stand-up, escribiendo con su alienada letra, párrafos confusos, entre supuestas bromas y frases taciturnas. Admira devotamente a un showman televisivo, Murray Franklin (Robert De Niro) con la alocada idea de ser parte de ese talk-show.
Pero la calle es hostil, en un paisaje urbano oscuro y miserable, de una ciudad ficcional, que recuerda a “Sin City”. Arthur es asaltado, agredido y humillado por una pandilla de jóvenes. Pero esta vez Joker tiene un nombre y un atormentado pasado, que hará violenta eclosión.
Proyecto ambicioso, el del director Todd Phillips, conocido hasta el momento por una serie de “Hangover movies”, de enfrentarse con el personaje desde una faceta más humana, tratando de explicar el origen de su alteración mental, que se metamorfosea en un comportamiento criminal, especialmente luego de leer una carta, que su madre, Penny (Frances Conroy), le envía al magnate Thomas Wayne (Brett Cullen). Vulnerable y alienado, logra conmover cuando afirma que no ha tenido ni un solo día feliz en toda su vida, y se le niega la atención médica social, por falta de presupuesto.
Sin duda, el máximo atractivo del film, es la perfomance de Joaquin Phoenix. Arthur/Joker ríe demencialmente, corre y se contornea bailando por las escaleras, con un lenguaje corporal y un descomunal virtuosismo actoral. Su carrera está repleta de exitosas presentaciones, en películas de los más variados géneros, como el romántico Theodore de “Her”, o el músico Johnny Cash en “Walk the Line”, sin olvidar al maléfico emperador Cómodo, en “Gladiador”, entre tantas otras. En “Joker”, su enfermiza delgadez y la profundidad de su mirada, definen un retrato psicológico escalofriante.
Tanto los efectos visuales como la dirección de fotografía (Lawrence Sher) en los primeros planos o en la anárquica apoteosis final, mantienen un excitante ritmo. La banda sonora (Hildur GuԾnadóttir) le brinda gravedad y profundidad al clima de suspenso e incluye bellas canciones de Nat King Cole, Etta James o Gary Glitter.
En el cierre “Send in The Clowns” en la voz de Frank Sinatra nos retorna a la cordura.
Estudiocine
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