MAUDIE (Canadá) 2016
Dirección: Aisling Walsh
La historia de Maud Kathleen Lewis (1903-1970), una pintora “folk art” canadiense es el eje del film dirigido por Aisling Walsh, e incorporado recientemente al catálogo de Netflix.
Maud, interpretada magníficamente por la actriz británica Sally Hawkins, vive en Digby (Nueva Escocia) al cuidado de su tía Ida (Gabrielle Rose), pues padece de una artritis reumatoidea que reduce su movilidad. Estos y muchos más datos biográficos están publicados. Pero la película va más allá, descubriendo la personalidad de alguien que reconoce que “nació rara” y encuentra en la pintura la válvula de escape de su belleza interior.
Las primeras escenas, corresponden a los años treinta, cuando Maud era joven, víctima de su especulador hermano y tratando de escapar de la tutela de su tía rígida. Es así como la causalidad opera y permite el encuentro con quien será su esposo Everett Lewis (Ethan Hawke), un vendedor de pescado y leña, que necesita una “sirvienta”. Con picardía y decisión, Maud se muda con este hombre rudo y solitario, criado en un orfanato, pese a las habladurías de la vecindad, que la tildan de “esclava sexual”. Lentamente Maud va transformando esa cabaña sucia y maloliente en un hogar cálido, adornado con todas sus pinturas de nítidos colores. La casa actualmente se puede visitar, convertida en una galería de arte.
Tanto Walsh como el director de fotografía Guy Godfree exploran sutilmente cada gesto de estos dos seres tan poco locuaces, que sin embargo se comunican de una manera muy particular y se convierten en inseparables. Bellos exteriores filmados en Nueva Escocia y otras partes de Canadá son fuente de inspiración para Maud que mira por la ventana “la vida ya enmarcada”.
El principal sostén del film lo pone la versatilidad expresiva de Sally Hawkins, componiendo un personaje difícil por su ambivalencia en la que convergen su candorosa mirada, la torpeza de su andar y la sofisticada manera de fumar. Sin duda una actriz extraordinaria desde su debut en “La Felicidad trae Suerte” de Mike Leigh (2008), o la silente Elisa en “La Forma del Agua” de Guillermo del Toro en 2017. Sus performances quedan en la memoria.
“Maudie” es una historia interesante, triste, aparentemente simple y bien filmada.
Duración 115 minutos. Disponible en Netflix.
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