THE OUTRUN (2024)
Dirección: Nora Fingscheidt
“The Outrun” es una tierna y conmovedora historia de lucha contra la adicción y resiliencia, basada en las memorias de Amy Liptrot, escritas en el libro homónimo de 2017, filmada en las locaciones originales, bajo la dirección de Nora Fingscheidt (“The Unforgivable”).
En el guion escrito por Fingscheidt y Liptrot, Amy toma el nombre de Rona (Saoirse Ronan), una joven con una maestría en biología, con una relación amorosa con Daynin (Paapa Essiedu). Rona busca desesperadamente la diversión en locales bailables londinenses, donde el alcohol le brinda esa sensación ficticia de felicidad y entusiasmo. Pero al no poder parar de beber, pasa de la euforia fiestera, a padecer brotes de violencia, que hasta ponen en peligro su vida, derrumbándose en una profunda depresión, donde lo pierde todo, desde su memoria reciente hasta a su complaciente Daynin.
Desarmada y magullada decide volver a la finca de su padre, donde había nacido, en la Orkney Islands, al norte de Escocia, donde ingresa en rehabilitación y comienza a ayudar en el cuidado de los animales. Su panorama familiar es muy desalentador. El padre, Andrew ( Stephen Dillane) es bipolar y también alcohólico, y su madre, Anne (Saskia Reeves) se ha apartado, refugiándose en el fervor religioso. Rona no se encuentra bien con ninguno de los dos, y luego de varias recaídas, alquila una casita en la remota isla Papay, azotada por el viento que desata la furia de las olas contra los riscos.
Así, sola, Rona va saboreando su sobriedad día a día, mientras colabora como voluntaria en la reserva ecológica, protegiendo el hábitat de las codornices.
La magnificencia del paisaje, capturado por el director de fotografía Yunus Roy Imer, rescata el poder sanador de la naturaleza, en reconfortantes escenas, como cuando Rona se interna en esas aguas heladas, sola o con su madre, encontrando el efecto purificador del agua de mar, en comunión con las focas, en alusión a las selkies, esos seres mitológicos nórdicos.
La edición de Stephan Bechinger alterna los avances y retrocesos de Rona, como espejo de su desorden mental, sobre todo en la primera parte del film.
La performance de Saoirse Ronan es soberbia, plena de matices, desde la ferocidad de sus peores momentos, hasta la naturalidad con la que se sincera ante el grupo de rehabilitación, cuando confiesa que si no bebe no está feliz.
La verdadera Amy, en declaraciones a la prensa especializada dijo, entre otras cosas que “Al escribir, la mayor parte del tiempo me mantenía distanciada, pensando únicamente en cómo hacer una buena obra de arte, utilizando mis experiencias como material. De vez en cuando, un recuerdo –unas líneas basadas en una pelea de borrachos que tuve con un novio hace 15 años– me asaltaba y volvía a mí una sensación real: la de saber que no tenía a nadie a quien recurrir excepto a la sobriedad”.
Género: Drama. Duración: 120 minutos.
Hebe Girardo
13/11/2024
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